No cabe duda, la evolución tecnológica hace la vida más fácil. No solo ha revolucionado los coches, los ordenadores, los móviles, las televisiones… Ya forma parte de nuestras vidas y todos las utilizamos a diario, Ya no son un lujo, sino un bien de primera necesidad. Como la tecnología láser que ha supuesto toda una revolución en el mundo de la estética y ha transformado los tratamientos que mejoran el aspecto físico de las personas. 

El avance de esta técnica es tal que no hay cirujano o clínica estética que no disponga de un sistema láser para hacer frente a muy diferentes patologías, desde melasma a cicatrices, varices o líneas de expresión, por mencionar algunas. 

Tenemos gran número de ejemplos de cómo la mejora en equipos o la aparición de nuevas plataformas han permitido abordar tratamientos más eficaces y sin efectos secundarios o tiempo de recuperación. Sistemas que han innovado en el tratamiento anti-age, de rejuvenecimiento facial, que superan con creces los clásicos peelings y dermoabrasiones que se practicaban en el pasado.  

El láser ha llegado para eliminar tanto manchas de la piel, como lesiones benignas y se ha adentrado también en el campo vascular para eliminar las temidas “arañas” vasculares y varices más importantes.  

Pero, la última gran aportación del láser en la medicina estética ha sido su capacidad para eliminar tatuajes de diferentes colores, la liposucción asistida por láser e incluso el control de la sudoración. 

Estas tecnologías son cada vez más sofisticadas y versátiles, menos invasivas y capaces de llegar a las capas más profundas de la piel con resultados excepcionales. Sus grandes ventajas las han convertido en el tipo de tratamiento más demandado en la actualidad, por seguridad y resultados.